viernes, 29 de agosto de 2008

1er Evento: "Del enfoque gramatical al enfoque comunicativo"


La enseñanza de la lengua es la base indispensable para la adquisición de los conocimientos de todas las áreas del saber y de los valores éticos, estéticos, personales y sociales. La lengua se utiliza como instrumento para asegurar la interacción humana. Produciendo cambios personales, sociales y culturales de acuerdo a la dinámica del mundo actual. Por esta razón, la misión que la sociedad afirma a la escuela tiene como uno de sus principios básicos el desarrollo de las potencialidades comunicativas, esenciales para su formación integral.



Para el autor Carlos Lomas, defensor y divulgador del enfoque comunicativo de la enseñanza de la lengua, se considera que ésta se basa en el desarrollo de competencias como: leer comprensivamente, escribir diferentes tipos de texto, hablar y escuchar significativamente más que en la enseñanza teórica de corrientes lingüísticas, contenidos gramaticales o de la historia de la literatura nacional y universal.


El autor considera que todo docente especialista en la enseñanza de la lengua castellana debe reflexionar y plantearse una serie de interrogantes:


¿Para qué enseñamos lengua y literatura?,
¿Con qué criterio se deben seleccionar los contenidos lingüísticos y literales?,
¿Aprenden de verdad los estudiantes lo que el docente les enseña en las aulas?,
¿Qué debe saber y qué debe hacer un escolar para desenvolverse de una manera adecuada en los diferentes contextos comunicativos de su vida personal y social?


Para responder a estas interrogantes el docente no sólo debe centrar su atención en el desarrollo de contenidos gramaticales, sino que debe intentar contribuir a que el estudiante logre adquisición y dominio de destrezas comunicativas tales como: hablar bien, saber escuchar, leer, entender y escribir correctamente, lo cual le permitirá desenvolverse en las diversas situaciones y contextos de la vida cotidiana y mejorar su capacidad de comunicación.


En tal sentido, se precisa que el docente tenga dominio de usos verbales y la disposición anímica para apropiarse de innovadoras herramientas metodológicas para el desarrollo de las competencias comunicativas referidas a: crear hábitos lectores, desarrollar su capacidad de comprensión lectora, estimular el disfrute de la lectura y animar al ejercicio del placer por la escritura en los estudiantes.


Por esta razón, el aprendizaje lingüístico en las aulas, debe orientarse al logro de la corrección, la coherencia y cohesión. Por lo tanto, no basta con que el docente tenga cierta formación lingüística sino que debe utilizar otros saberes y otras metodologías que le permitan actuar como mediador e intervenir en el proceso de aprendizaje, con acciones concretas; además de crear en el estudiante una visión crítica que le permita desarrollar y actuar reflexivamente en la identificación, análisis y síntesis de diversos textos, sólo así se lograrán las competencias.


Sería absurdo negar las dificultades que presentan hoy algunos alumnos en lo referente a la comprensión de los textos y en consecuencia, en los aprendizajes de los contenidos trasmitidos por esos textos. Sus implicaciones metodológicas y la posibilidades de potencializar el lenguaje y las estructuras cognitivas del alumno es un hecho ineludible que es necesario revisar con investigaciones centradas en la función de mediador del conocimiento del docente.


Las necesidades educativas del alumno actual difieren de los intereses científicos y académicos de la lingüística; requiere el uso de herramientas menos sofisticadas y sectarias. Por ello, quien debe estar al día con la lingüística contemporánea es el educador, no sólo para aplicar literalmente lo que sabe, sino para ayudar desde la reflexión a que el alumno mejore su uso linguístico y comunicativo.


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